Letras y cantos del Uruguay en la voz de Viglietti
Imagen tomada de internet. |
Juntos cantaron a dos voces, uno guitarra en mano y el otro verso adentro. Ambos recorrieron la geografía contrahecha de heridas de nuestros pueblos para recordarnos que juntos podemos, que juntos abriremos las anchas alamedas por donde transite el hombre nuevo, como dijo también un latinoamericano sembrado para siempre en nuestras querencias, Salvador Allende.
Y es que
la cita anual del libro en este país se ha convertido en un encuentro con y por
la vida. Es un espacio que deja de manifiesto la ternura militante de las
palabras que diciendo nos dicen el futuro que habremos de hacer nacer.
Viglietti
está Todos Adentro, porque su canto es necesario y es llama encendida y es
conciencia libertaria.
Desalambrado
El poeta
Mario Benedetti decía en su libro Desalambrado, que tal vez dos de los versos
que mejor definen la intención del quehacer de Daniel Viglietti son “Yo quiero
romper la vida / como cambiarla quisiera”. Palabra y canto conjugan la ruptura
y lo que viene después, el cambio, la transformación. Y añade que “vida es aquí
mucho más que dimensión privada, aunque, por supuesto, también la incluya. Vida
es aquí el hombre y su contorno, el recinto doméstico y el país, el texto y el
contexto”.
Viglietti
nació el 24 de julio de 1939. Criado en una familia de músicos, desde niño
estuvo en contacto con la música clásica. Pronto adquirió una sólida formación
como concertista, que luego convertiría en una dedicación casi exclusiva a la
música popular y al canto de la tierra.
Durante la
década de 1960 se desarrolló en todas las aristas del canto y la composición,
además trabajó como docente y locutor en radio. Durante esos años participó en
el semanario Marcha. Vino “Impresiones para canto y guitarra y canciones
folclóricas”, disco editado en 1963, y su obra se tiñó definitivamente de
contenido y protesta, con letras asociadas a las luchas populares en Uruguay y
en Latinoamérica.
Luego de
la cárcel y el exilio, Viglietti se encontró con ese otro uruguayo que
nostalgiaba su tierra. De allí surgió el “a dos voces” en el que Benedetti y
Viglietti consiguieron, tejiendo versos y cantos, cuerdas e imágenes, alzar la
voz, enarbolar las voces. Y es que ambos fueron y serán siempre dos referentes de
la palabra comprometida.
Por eso no es casual que
hayan decidido reunirse. Juntos consiguieron abrir un espacio que se renovó a
sí mismo una y otra vez a lo largo de casi tres décadas.
Durante veintisiete años el
concierto A dos voces de Benedetti y Viglietti no sólo estuvo en cada rincón de
nuestra geografía latinoamericana, sino que supo además ser homenaje a tantas
mujeres y hombres silenciados por la historia y la opresión. Con ellos supimos
cantar y recordar a Roque Dalton y Salvador Allende, entra tantas y tantos.
Benedetti escribió dos libros
sobre el cantautor, Desalambrado, el último de ellos que hace referencia a una
de sus canciones más conocidas, y Daniel Viglietti (Júcar, 1974). Precisamente
en éste dice que “La voz de Daniel Viglietti no es la de un profeta ni la de un
líder, pero tampoco la de un automarginado o la de un pusilánime; su voz es la
de alguien que, con modestia y sinceridad, con dolor y con alegría, con
esperanza y con trabajo, con pasión y con riesgo, participa (como puede y debe)
en el proceso. Esa actitud es la que, más allá o más acá de su canto libre, los
jóvenes rescatan. Por eso no lo escuchan sólo como una voz, sino también como a
su portavoz”.
Por su parte, Viglietti ha
dicho de Benedetti, después de su partida definitiva, que “nos hace falta su
persona luminosa, su pluma tierna y fuerte a la vez, su conciencia crítica, su
compromiso con la verdad y su ejemplar humildad”, pero “a Mario no le gustaría
que el único modo de recordarlo sea nostalgiarlo”.
En todo caso, Viglietti es la
guitarra de este sur memorioso que nace y crece. Y no podemos nombrarlo sin
recordar la palabra y el verso necesario de Benedetti. Ellos son todo lo que somos, todo lo que nos habita y nos
nutre.
Otra voz canta
/ Desaparecidos
Por Viglietti
Por detrás de mi voz
– escucha, escucha –
otra voz canta.
Viene de atrás, de lejos;
viene de sepultadas
bocas, y canta.
Dicen que no están muertos
– escúchalos, escucha –
mientras se alza la voz
que los recuerda y canta.
Escucha, escucha;
otra voz canta.
Por Benedetti
Dicen que ahora viven
en tu mirada.
Sostenlos con tus ojos,
con tus palabras;
sostenlos con tu vida
que no se pierdan,
que no se caigan.
Escucha, escucha;
otra voz canta.
cuando empezaron a
desaparecer
hace tres cinco siete
ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su
ausencia
lo que quedaba atrás / ese
andamiaje
de abrazos cielo y humo
“Otra voz canta” (fragmento):
música de Daniel Viglietti
“Desaparecidos” (fragmento)
poema de Mario Benedetti
Comentarios