El León Javier Milei: ¿un Chávez liberal para Argentina?

El León se parece a Chávez. Tantos años diciendo que Argentina se iba asimilando a Venezuela, que el chavismo llegó ante la sorpresa de todos y no precisamente de la mano del que parecía que podía ser su aliado natural: el kirchnerismo. La víbora disfrazada en el rugido se muerde la cola y en los extremos se tocan.

Javier Milei sin reconocerlo se parece como pocos a aquel militar venezolano que irrumpió en el escenario de una Venezuela rota en 1992 y que alcanzó el poder en 1998 con un porcentaje inédito: el 56,20 % de los votos.

Carismático, altisonante, autoritario, tan raro que es casi imposible no quedarse prendado de su magnetismo, ruge en la puerta de un país tan fracturado como el que hizo posible la ascensión y el posterior purgatorio de una Venezuela de la que solo quedan los jirones de la esperanza.

Hugo Chávez enarboló la misma rabia e impotencia que se respira en Argentina en 2023 y que Milei ha sabido capitalizar como ningún otro espacio político. Tiene la misma estrategia, hablarle, y sobre todo escuchar, al pueblo que se ha quedado ronco de tanto gritar la pobreza, la desigualdad, la desesperanza y la violencia.

Sobre las diferencias entre uno y otro no hace falta ahondar, son absolutamente obvias. La tragedia es reconocer que la historia se repite en el Sur. Nadie se había tomado en serio a Milei, como nadie a Chávez cuando barrió, literalmente, el bipartidismo que habían dejado los 40 años del puntofijismo. Hoy de esos partidos: Acción Democrática y Copei no queda nada. Si Milei, llega al poder como lo hizo Chávez, ¿quedará algo del peronismo k y de Juntos por el Cambio?

Los votantes de Milei son de la misma extracción que los de Chávez: jóvenes, desesperanzados, pobres que ya no tienen nada que perder, los desesperados de tanto esperar que las promesas anteriores se cumplan, los excluidos de siempre y los que se han sumado por tantos años de malos gobiernos.

Parece imposible a esta altura girar el timón. El León ruge en la cueva amenazando no solo al estatus quo, a la “casta” como dice él, sino a la posibilidad de construir un modelo asentado firmemente en la democracia por más imperfecta que esta sea.

Javier Milei no escandaliza solo por sus propuestas, sino sobre todo por sus formas. Porque así como Chávez tuvo que terminar por “ajustar” a sus necesidades las instituciones democráticas para hacer viable su modelo de desarrollo, el León no puede aplicar sus “ajustes” sin hacer lo propio en Argentina. La deriva que puede venir es el autoritarismo.

El León se parece a Chávez, incluso en sus buenas intenciones si es que les creemos a ambos que las tuvieron o las tienen. Estamos ante un tiempo bisagra, si no se impone la responsabilidad democrática, sino priva la conciencia, la decencia, el bienestar colectivo por encima de los privilegios de los partidos, esta historia tiene el final escrito.

 

Comentarios

Entradas populares