Saudade

El eco del mar, una puerta cerrada, una aldaba de bronce, un sueño, el insomnio y tu nombre.
La cocina con frutas de estación, una cama al amparo del frío, un garabato a cambio de la sonrisa, el cansancio de tanto esperar.
El cepillo de dientes de cerdas gastadas, el café que se empoza y se enfría.
Una hoja, un amuleto que conjure la incertidumbre.
Una taza olvidada en el desorden del auto, una telaraña saluda desde el cielo raso, el gato sin botas que maúlla desde el techo del vecino.
Un cuaderno rojo, una bufanda que duerme en la valija vacía.
Un andén donde arde el abrazo y te miro, creyendo que es posible, una vez, esta vez, hacerle justicia al destino. 

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