Poesía
Llegó para salvarme. La encontré en
una hoja de cuaderno, en el estruendo de los juegos en un patio de
escuela. Estuvo en cada mirada nueva, en los cielos abiertos, en las
tormentas a buen resguardo, en los amores correspondidos y en los que
no lo fueron. Me tomó de la mano y me empujó en cada abismo, y
siempre me esperó abajo para que la caída no fuera la última. La
he amado y he odiado cada vez cada vez que no me ha dejado tocarla y
decirla, cada vez que ha enmudecido conmigo y sin embargo... está en
todas las voces que fueron y que en su palabra se juntan. Es tan
vieja como la voz humana que se hizo primero grito. La poesía es la
voz, son las voces, que la humanidad pronuncia para trascender. Tal
vez sea la única memoria que nos salvará del olvido.
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