Venezuela en la IX Feria del Libro del Chaco



** Del 23 de febrero al 01 de marzo se realizó en una provincia del norte de Argentina una Feria del Libro, que con la participación de Venezuela fue un escenario propicio para el encuentro

Daniela Saidman
Libros para contar y contarnos, para encontrarnos y reconocernos, para mostrar y enarbolar los sueños y sabernos por fin capaces de volar las libertades. Esos fueron precisamente los libros que se presentaron en la IX Feria del Libro Chaqueño y Regional, que se realiza en Chaco, una provincia que al nordeste de Argentina, demuestra año tras año, que leer es la oportunidad de nacer una y otra vez en la palabra.

La Feria que nació de los sueños de un librero, Rubén Bisceglia, en esta oportunidad contó con la participación especial de Venezuela, país que desde hace unos años se ha dado a la tarea de publicar libros, como quien siembra futuros.

El tricolor venezolano ondeó las hojas y pensamientos de la gestión editorial de El Perro y la Rana, Monte Ávila Editores y la Biblioteca Fundación Ayacucho, editoriales que tienen la misión de editar y reeditar el pensamiento latinoamericano y universal, así como la narrativa, poesía y ensayística de autores venezolanos y de todas las geografías donde la voz humana tenga cosas que decir.

SOBRE LA FERIA
La Feria del Libro Chaqueño y Regional, iniciativa que nació en el año 2000, es un espacio creado con el objetivo de promocionar la producción literaria de esa región de la Argentina, que impulsa el encuentro entre escritores, lectores, editores, imprentas y librerías, consolidándose como el máximo evento de las letras del nordeste argentino.

LIBROS PARA LAS LIBERTADES
Con una calle dedicada a la lectura, frente a la Feria, la inauguración de la actividad contó con la participación de Marisela Guevara, presidenta del Centro Nacional del Libro de la República Bolivariana de Venezuela, quien en compañía de otras autoridades de la región y la presidenta de la Distribuidora Venezolana de la Cultura, Rosa Fernández, conversó sobre la importancia del libro y la democratización de la lectura en nuestro país. Una velada poética en la que los versos de Gustavo Pereira se sintieron con toda la fuerza y la razón, en esas fronteras que forman también parte del caleidoscopio latinoamericano.

"Venezuela además de ser un hermoso país que vale la pena conocer –subrayó Bisceglia en su intervención durante la inauguración de la actividad-, tiene una raíz literaria riquísima que comienza con la llamada literatura indígena y se catapulta desde sus orígenes a través de grandes obras enmarcadas en la literatura republicana, el costumbrismo, los nuevos clásicos venezolanos, la poesía, la ficción y la novela contemporánea. Todo esto estará representado por los libros y escritores que llegarán a nuestra Feria donde ofrecerán un stand que sin duda mostrará cómo los venezolanos hicieron del libro un instrumento de integración y lucha social de los pueblos latinoamericanos".

La inauguración de la Feria estuvo salpicada de candombes, un género musical impregnado de la negritud y los sones de los tambores, que como libros abiertos narran la ancestralidad que venida del África negra se mezcló con los ritmos del sur de nuestro subcontinente.

Mientras la Feria tuvo su sede en el Centro Cultural del Nordeste, las actividades en torno a la palabra, presentaciones de libros y conferencias se desarrollaron en el Complejo Cultural Guido Miranda, en la ciudad de Resistencia, capital de Chaco.

VENEZUELA EN LA FERIA DEL CHACO
Durante la feria se presentaron las conferencias “Políticas editoriales del gobierno venezolano en 10 años de revolución", a cargo de Marisela Guevara, Presidenta del Cenal y Rosa Fernández, presidenta de la Distribuidora de la Cultura. También "El lugar donde pienses, allí es tu ciudad" de la cuentista margariteña Iris Tocuyo, “Crítica al mercado del libro” del profesor de la UBV José Javier León y “Memoria y Resistencia” de Daniela Saidman.

Además se presentaron los libros publicados por la Editorial El Perro y La Rana, "El arte de envejecer discretamente y América y otros cafés" de José Javier León y Daniela Saidman, respectivamente.

Con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Gobernación del Chaco y un grupo de jóvenes promotores de cultura se facilitaron en barrios populares los talleres de Artes Combinatorias del profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela José Javier León y un Taller de Creación para Maestros a cargo de Iris Tocuyo.

También se proyectaron las películas venezolanas Miranda Regresa y El Caracazo, en el marco de la conmemoración del 27 de febrero, fecha importante en el devenir histórico venezolano.
Precisamente allí, en Chaco, la poeta venezolana Iris Tocuyo contó cantando la ciudad que habitas y voló papagayos con las niñas y niños de barriadas populares del Chaco, donde José Javier León se saltó el caos de las palabras y armó versos con sus mágicas artes combinatorias.
Roderick Casares miembro de la delegación venezolana que estuvo presente en la Feria del Chaco, y librero del Cenal, a nombre del Ministerio del Poder Popular para la Cultura hizo entrega de libros en comunidades de esa provincia argentina, como parte del aporte y solidaridad que impulsan las instituciones culturales venezolanas y hacen de los libros espacios para el encuentro y reconocimiento de las diferencias y semejanzas de los pueblos de Nuestra América.

LOS ROSTROS DE CHACO
Bañada por las aguas de los ríos Bermejo, Paraguay y Paraná, esta provincia del nordeste argentino tiene entre sus pliegues las contradicciones y las utopías. Las voces de los pueblos indígenas se mezclan con otras venidas de diversas latitudes y tienen el sabor del campo y el cultivo de algodón.

En Chaco redescubrimos que somos la suma de nuestros pasados comunes, que nuestras voces tienen los mismos matices del hambre y la esperanza, nos supimos semejantes en las luchas por las libertades colectivas, sentimos la música de nuestros padres con el mismo ímpetu libertario, nos reconocimos en las heridas y sobre todo en las utopías más que realizables necesarias.

Allí, en una tierra que anda encendiendo fuegos a la desmemoria, prendimos también las palabras mágicas, cotidianas, sencillas, nuestras… que narran el mundo que fue y el que será, el que andamos construyendo aquí y allá, con los tambores de nuestras voces originarias.

Algodón y tambor, pesca y tierra, sones, luchas, pasiones, cantos y libros… somos esto que fuimos y lo que seremos en la siembra de las esperanzas, en la tala de las desmemoria. A través de la palabra son los pueblos y sus gentes capaces de tender puentes, de encender las miradas y las ganas… Por eso los libros, para poder sabernos pueblo en el papel que nos narra, que nos cuenta, que nos impregna de tiempo y de árboles.

En ese Chaco tan parecido a nosotros y gracias a esos hombres y mujeres que andan soñando y haciendo el mundo imprescindible, nos dimos cuenta una vez más que América es tierra de encuentros y de siembras, y sus libros son los hijos e hijas del futuro que será.

En Chaco, Venezuela fue un trozo de Argentina y viceversa… compartiendo alrededor de la palabra y de la conversa con sabor a pueblo, supimos y conocimos también de Círculos Bolivarianos que andan desentrañando la voz de Bolívar para ahondar en las libertades.

Escuchamos alrededor del mate los miedos y los anhelos de ese pueblo aún signado por la última dictadura militar, pero sobre todo nos encontramos con hombres y mujeres que siguen de cerca, de cerquita, lo que andamos construyendo de este otro lado de la geografía latinoamericana. Ellos y nosotros marcados por los mismos quinientos años de opresión tuvimos la certeza de que si no es juntos, no es posible. Y quien diga que los libros no son palomas de la paz y encuentros, pues no sabe de libros.




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