Creeré siempre en los de abajo

 Comparto una entrevista que hace unos meses, el director de TodasAdentro tuvo a bien hacerme. Por azar vuelvo a encontrarme con esas respuestas que manifiestan exactamente lo que pienso y siento hoy.



La poeta, escritora y periodista Daniela Saidman emigró más al Sur, como lo hacen las aves al huir del gélido frío de los inviernos. Está convencida de que a ese lugar le está llegando la primavera y quizás quiera compartir esa esperanza. Ella es de esta casa, pertenece a Todasadentro hace mucho rato. Aquí somos testigos de la vitalidad de su palabra y por eso la invitamos de nuevo a Dialogar con nuestr@s lector@s por testigos. Lo hacemos a propósito del Día de la Mujer y por allí comenzamos


-Hay quienes consideran una «frivolidad» -por decir lo menos- celebrar efemérides establecidas por la ONU en una especie de «mea culpa». ¿Qué opina usted del día Internacional de la mujer, en ese contexto

El Día Internacional de la Mujer en todo caso es una fecha que sirve fundamentalmente para dos cosas: la visibilización y la memoria. Aunque convengamos que podemos tener diferencias de fondo y de forma con la ONU, vale la pena la conmemoración para poder hacer un balance de los avances que se han obtenido, de los reveses que hemos tenido y por qué no, de los retos que aún están pendientes. Decía visibilización como una forma de cuantificar y cualificar el camino que hemos andado para alcanzar cierto grado de justicia y equidad de género. Y memoria, porque la fecha recuerda la obra de una mujer extraordinaria como Clara Zetkin. Quedan temas para el debate en Venezuela. Una ley que defienda la educación sexual y la ley para el aborto gratuito y seguro, por ejemplo. El desmontaje de un sistema profundamente patriarcal que sigue avanzando aún más con la fuerza que toman corrientes religiosas dentro de la vida pública y una crisis económica que como suele pasar pone el acento en las mujeres.


-En una nota suya, dedicada a la poetisa (así le gustaba a ella que se le dijera) Ana Enriqueta Terán (ver Voces del Sur, p.73), usted se refiere a ella como «Quijota de ojos grandes (que) nunca ha olvidado sus ideales progresistas y de tierna militancia con la izquierda latinoamericana». ¿Qué de Ana Enriqueta Quijota tiene usted misma? ¿Se ha dado cuenta que en aquellas palabras usted podría estar pintándonos un autoretrato suyo? ¿Es así?

Ana Enriqueta es una de las voces más lúcidas que tuvo nuestro país y sigo creyendo en la vehemencia de su palabra y en la ternura de sus versos. Claro que si pudiera inscribirme en una corriente quisiera estar siempre del lado de Ana Enriqueta, mantener la coherencia con la que ella supo mirar la vida y ser una quijota de ojos grandes. Tener los pies en la tierra y sus heridas, y la utopía en la conciencia es parte del legado que nos dejó. No creo que haya una sola forma de militancia y menos aún que la militancia sea el silencio.

 

-Recordamos también, a propósito de esta entrevista, que el poeta León Felipe cantó a un Quijote poco común, «sin peto y sin espaldar», casi desnudo, «Vencido». ¿Con cuál se identifica usted en su particular vida de Quijota? ¿Por qué? ¿Se siente bien con ese «traje»?

 Nadie puede sentirse bien desde la certeza de pertenecer al bando de los vencidos. Pero nos asiste la historia y ese es el lugar que elegí. Es decir, si tengo que creer, creo y creeré siempre en los de abajo, en los históricamente ninguneados como diría Galeano. En esta coyuntura, es entonces natural que me ponga del lado de los que sufren, de los que menos tienen, de los náufragos de un sueño común que despertaron en medio de la tragedia. Pero León Felipe no solo supo desde siempre a qué lado, si es que existen lados, de la historia se encontraba, sino que además gritó con la vehemencia de los que cansados de esperar, terminan desesperando. ¿Acaso no es la poesía cierta manera de alzar la voz para enumerar las miserias y enarbolar las esperanzas? Sí, en la seguridad de haber sido abatida, sin embargo queda la resistencia. No se trata de conformidad en todo caso, sino más bien de resistir desde la obstinación de la ternura. Creo profundamente en el futuro, en un mañana que nos pertenece y ese porvenir no se construirá sobre la base de aguantar sino de crear desde abajo una forma de encontrarnos y reconocernos. El futuro es de los vencidos, de quienes ponen el corazón y la inteligencia en no dejarse convencer ni por el odio ni por los gritos sordos de ninguna revancha.

"El futuro es de los vencidos, de quienes ponen el corazón y la inteligencia en no dejarse convencer ni por el odio ni por los gritos sordos de ninguna revancha".

-Cuando uno lee sus versos, sus ensayos, sus reflexiones y hasta una breve frase en cuenta digital de redes electrónicas, uno sabe de la coherencia de una Daniela inconforme, de pensamiento crítico y a veces hasta criticista (discúlpeme la calificación) pero siempre de inmenso vuelo poético en la palabra. ¿Se siente en medio de revoluciones «vencidas» siempre inconclusas? ¿Qué hace usted actualmente? ¿Sigue siendo esa militante de la palabra a quién el propio Comandante Chávez leyó y admiró?

-Vista en retrospectiva me pregunto más bien qué es la militancia. ¿La afiliación a un partido? ¿La defensa a un modelo aunque veamos los errores que nos conducen al naufragio? ¿El silencio pese a todo? La poesía llegó a mi vida, no diría que para salvarme pero sí para poder poner en palabras el desaliento. Y llegó cuando aún era muy joven, cuando el mundo, la realidad quiero decir, ardía de muchas formas. Desde ahí entendí que el arte en cualquiera de sus manifestaciones mantiene un vínculo indisoluble con la realidad, porque los artistas, los intelectuales, no pueden vivir ajenos al mundo que les rodea. No creo en el arte aséptico, creo en el arte como el barro que se trata de moldear con la certeza de que proviene de la tierra y sus dolores. Desde ahí, concibo el mundo porque finalmente soy parte de él. La palabra ha sido una forma de militar desde el amor y el reconocimiento a la otredad. La poesía es la palabra de todos, es el vínculo que nos trasciende y nos proyecta hacia el porvenir. En este contexto, creo en la poesía como la casa común, como el espejo donde podemos vernos y reconocernos. Es así que elegí militar desde la persistencia de la esperanza. Y la palabra tiene que ser incómoda si los tiempos así lo ameritan. ¿Acaso estos no son tiempos de inconformidad? Si las crisis tendrían algo bueno, necesariamente debería pasar por cuestionar y cuestionarnos. Hugo Chávez fue la respuesta histórica a la inconformidad de décadas, así que hoy más que nunca su ejemplo debería alumbrarnos. Chávez entendió el poder como una fuerza creadora. Con el poder que provino precisamente del pueblo, es decir de los millones de inconformes, supo edificar un sueño y un país que se proyectaba hacia el mañana. Por eso tengo la convicción de que es necesario volver a tomar el poder como fuente de creación, no de enriquecimiento, el poder por el poder mismo engendra corrupción, desigualdad, inequidad, ineficiencia, y sobre todas las cosas desesperanza.

 

-¿Qué hace usted hoy en el Sur más geográfico de Nuestramérica? ¿Siente que le estaba haciendo falta asumir el Sur como territorio más que como utopía?

-Tenía y sigo teniendo con el Sur una deuda. A veces la realidad se vuelve plana, sobre todo en épocas de crisis. La cultura en general es de las primeras que sufren la baja en las guerras. Lamentablemente en algunas regiones del país se nota más que en Caracas la ausencia de políticas que atiendan el hecho cultural. Y muchos espacios abandonados por desidia, por cansancio, por falta de presupuesto, por falta de sensibilidad, en resumen, fueron de alguna manera agotando mi pertenencia con la región. Tengo la suerte, como muchos otros, de ser hija y nieta de exiliados. Venezuela es mi país, pero no es mi único país. En todo caso, la patria como dicen los poetas está dónde anide el corazón. Y por esos azares de la vida tengo el corazón repartido desde México hasta la Patagonia. Es decir, que América en muchos sentidos es la patria donde habito. En determinados momentos es urgente rearmar la historia, volver a las raíces. Por eso el Sur, era una deuda. Acá están mis raíces, una parte de ellas. Después veremos hacia dónde vuelven a florecer las hojas y hacia dónde apuntan las ramas. Por ahora, vencida por un otoño que se hace demasiado largo decidí que era un buen tiempo para ver la primavera que en muchos sentidos llegó al Sur.

 "La patria como dicen los poetas está dónde anide el corazón".

-¿Cuándo conoceremos un nuevo libro suyo donde la poesía sea parte de las respuestas a las interrogantes de esta entrevista?

-He mantenido un largo silencio de meses. A veces hay que cerrar la boca y abrir los ojos. Eso he estado haciendo. Por ahora no guardo expectativas de publicación. Un poemario quedó en el tintero, que tuve la maravillosa oportunidad de trabajar con Juan Calzadilla y, que leyeron amorosamente Gustavo Pereira y Marialcira Matute, como muchas otras cosas están en la web, en un blog que lleva el nombre de País en casa (www. paisencasa.blogspot.com). Al no encontrar mejor forma de publicarlo decidí hace un tiempo dejarlo ahí para liberarme en cierto modo de esos textos. Ahora, que reencuentro de cierta manera la esperanza en este otro extremo de nuestro territorio común sigo publicando algunas cosas en los blogs (www.dapaulasa.blogspot.com) que son una forma de narrar el paso por el mundo. El exilio, como cada andar de los seres humanos sobre la Tierra, tiene sus venturas y sus viceversas. No es la primera vez que me voy ni será la última seguramente. Provengo de los barcos y en ese vaivén del mar, anidó la certeza de que no son ni mejores ni peores los que se quedan o los que se marchan, en todo caso algunos decidimos enfrentarnos al viaje como una manera de regresar, de llegar, de encontrar lo que perdimos o de extraviar lo que teníamos por seguro. La única certeza que tengo por ahora es que el mañana será la respuesta que nosotros, los muchos que hemos soñado con honestidad y pasión por el futuro, daremos. Y ese futuro luminoso nacerá desde la esperanza y el trabajo que nos convoca a ser un “tilín mejores”.

 

Iván Padilla Bravo / En el Sur

El texto original se encuentra en la web de Todas Adentro


Comentarios

santo grial ha dicho que…
Saludos Daniela siempre será un placer leerte … y saber que prodigas con tu verbo así como con el silencio también te esparces polinizas y floreas.

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