Sombras

Ya ves. Las líneas rectas convocan las sombras. Más bien es que ellas, las sombras, anidan en cualquier espacio donde haya luz.
Hay sombra en mí. No una grande, sino más bien pequeños grises dispersos que como nubes a veces me convocan a la garúa o la tormenta.
Gracias a los claroscuros he descubierto que crecen en mis ojos sordas enredaderas de peces que me sueñan.

Las oscuridades en mis esquinas quieren decir también que hay radiantes reductos de sol con los que alumbro.

Finalmente, eso somos, la loca alegría que nace de todo cuanto es luz y misterio, risa y nostalgia, caricia y olvido.

Hoy he preferido quedarme a la sombra para mirar de lejos el sol que baña la tarde. De lejos, es decir ajena, cómo quien ha cerrado las ventanas tras el rumor de una noche en vela.

Comentarios

Entradas populares