José “Pepe” Mujica, ¿un poeta metido a la política o viceversa?
** El
siglo XXI trajo al sur del continente americano unos hombres que proclamados
por sus pueblos han estado y están más cerca de la poesía que de la vieja
tradición crematística de Occidente, de ellos es el presidente uruguayo.
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Ilustración de Xulio Formoso |
Cuenta
Gustavo Pereira en un libro imprescindible, El peor de los oficios, publicado
por Fundarte en 2012, que durante la dinastía Tang, la emperatriz china Wo Chao
“queriendo proteger la poesía y a los poetas, y para dar a éstos jerarquía
hasta entonces no disfrutada, dispuso que entre los temas examinados para optar
a las altas dignidades públicas estuviese el de la poesía”. Largos siglos han
transcurrido desde que la palabra sabía de versos. Probablemente la tradición
se haya perdido en el tiempo y más probable aún es que Occidente jamás haya
tomado en cuenta tan notable ejemplo. Más bien por estos lados de la tierra los altos
funcionarios han sabido más de fuerza que de razón y más de prepotencia que de
solidaridad, aunque muchas excepciones existan tal vez para confirmar la regla.
Pero
el siglo XXI trajo al sur del continente americano unos hombres que proclamados
por sus pueblos han estado y están más cerca de la poesía que de la vieja
tradición crematística de Occidente. Lo casos son suficientes para darse cuenta
que esta región del mundo lleva aún los cantos más profundos de la tierra. Si
es capaz de mirar desprejuiciadamente se encontrará con la voz de caverna, de
joropo y arpa, de aquel joven militar que supo decir por ahora y quedarse para
siempre. ¿Acaso Chávez no fue un poeta popular, cantor de coplas y recitador de
lo mejor de nuestra historia? Después apareció otro con hombre que sabía de los
dolores de quienes tienen por techo nada más que el cielo. Y es que Lula supo
siempre del trabajo arduo, del sudor y las estrellas. Y Néstor, al sur del sur,
se animó a retirar los viejos cuadros de la crueldad para colgar los de la
esperanza. Y como si tanto sueño hubiera sido poco la voz honda de América se
prendió de los ojos de Evo y de las manos de Correa. Después para seguir ese
ejemplo llegaron Dilma y Cristina, mujeres que saben también de utopías
realizables.
En la
República Oriental del Uruguay la poesía se hizo presidente cuando José Mujica
(Montevideo, 20 de mayo de 1935), el Pepe, electo en 2009, llegó para inundarlo
todo con las palabras que saben de puentes, de encuentros, de heridas y sobre
todo de esperanzas. Mujica le entrega la presidencia ahora Tabaré Vásquez con
la misma humildad con la que llegó. Uruguay, ese país chico en extensión se ha
vuelto para Nuestra América y para el mundo entero en referencia obligada para
pensar y repensar en los valores que deben prevalecer cuando se emprende el
largo camino de recomponer tantas décadas de injusticias y silencios.
El
Pepe nos ha enseñado que la praxis política debe ser coherente con el amor, la
entrega y la honestidad, por eso dijo en alguna entrevista que “la política es
la lucha por la felicidad de todos”.
La
juventud
En
diciembre de 2014 los países miembros de Unasur, reunidos en la sede de la
organización regional en Ecuador, le rindieron homenaje al presidente poeta que
llega este 2015 al final de su mandato.
Allí,
Pepe Mujica dio un discurso que estuvo lleno de verdades absolutas, de palabras
de aliento a la juventud a las que vale la pena volver siempre, porque son una
brújula que marca el futuro.
Y es
que este hombre que estuvo más de una década en prisión (desde 1972 hasta1985) y que representa tan bien la
esencia de Uruguay, viene de una larga tradición de luchas y versos. Los
Tupamaros, partido en el que militó desde su juventud escribió para la historia
no sólo la resistencia del pueblo uruguayo sino sobre todo la ternura como la
mejor arma para desplegar las alas y volar hacia el porvenir.
Algunas
de las conquistas alcanzadas por Uruguay durante la presidencia de José Mujica
son la disminución de la pobreza, el
crecimiento del empleo que registra el nivel más alto en la historia del país;
además de un crecimiento real de los salarios y de las pensiones por
jubilación, lo que demuestra una vez más el avance de una América Latina que ha
decidido por fin poner el acento en los seres humanos.
El
Pepe Mujica entrega la presidencia de Uruguay, pero se queda con su ejemplo
luminoso en todos los latinoamericanos que han decido soñar y hacer realidad
los mejores sueños de la humanidad, a pesar de como dice él que “lo
imposible cuesta un poco más”.
A los jóvenes latinoamericanos
“Lo
imposible cuesta un poco más y derrotados son sólo aquellos que bajan los
brazos y se entregan. La vida te puede dar mil tropezones en todos los órdenes:
en el amor, en el trabajo, en la aventura de lo que estás pensando, en los
sueños que pensás concretar, pero una y mil veces estás hecho con fuerza para
volverte a levantar y volver a empezar, porque lo importante es el camino. No
hay una meta, no hay un arco del triunfo, no hay un paraíso que nos recibe, no
hay odaliscas que te van a recibir porque moriste en la guerra, no, te quedaste
y punto. Lo que hay es otra cosa, la hermosura de vivir al tope, de querer la
vida en cualquier circunstancia y luchar por ella, y e intentar transmitirla,
porque la vida no es solo recibir, es antes que nada dar algo de lo que
tenemos, por jodido que estés siempre tenés algo para darle a los demás. (…)
A
los jóvenes: si quieren vivir felices, levanten una idea en la que creer, vivan
para hacer viva esa idea, no se dejen esclavizar por el mercado. El mundo que
tendremos será el que seamos capaces de lograr y los latinoamericanos tenemos
que ser, por haber llegado tarde y de atrás, un reservorio de lo mejor de la
civilización humana, un continente de paz, un continente de justicia, de
solidaridad, un continente donde es hermoso nacer y morir, un continente que le
dice sí a la justicia, un continente sin odio, sin venganza, que dignifique la
existencia del hombre arriba de la Tierra como animal que cuida lo portentoso
de la creación que ha significado este barco de vida que es el planeta. Denle
contenido a la existencia, porque si no lo hacen conscientemente el contenido
va a ser la cuota que tienen que pagar cada fin de mes por el nuevo cacharro
que tienen que comprar y así crónicamente hasta el fin de vuestros días. Hasta
que un día los huesos no se levanten y adiós, no queda de ti ni el recuerdo ni
el aliento”.
José “Pepe” Mujica
(Fragmentos del discurso del presidente
uruguayo en Unasur. Diciembre de 2014)
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