Escribimos una de las páginas más importantes de nuestra historia
Inauguramos el siglo XXI con la esperanza empeñada en el
futuro, porque elegimos por fin amar lo más libre y lo más hondo de nuestras
raíces, risas, llantos, miedos y dudas. Cargamos en nuestras alforjas todo lo
que fuimos, lo que no cuenta la historia de los vencedores, para animarnos a
transitar la vida seguros de que éramos capaces de tomar el futuro por asalto. Y
lo logramos. Durante estos años hemos convertido la utopía en realidad.
Somos hacedores de la historia, parteros del tiempo
nuevo. Aunque haya quienes proponen que seamos pasajeros de los días, desde
hace más de una década decidimos ser protagonistas y dueños de nuestro futuro.
Con la memoria encendida y los versos todos, con los
trazos de la vida, el fuego creador y el barro primigenio, seguiremos pintando
escuelas, modelando libros, forjando el mañana a canto y golpe de tambor,
porque escribimos juntos y juntas, mano a mano, brazo a brazo, los tiempos que
aún están por venir.
Ya no estamos solos, somos pueblo junto, unido, como río
indisoluble, como canto llano, como canto selva, con la certeza de nuestros
ojos mirando el porvenir luminoso de la Patria buena, la de todos.
Hoy, escribimos una de las mejores páginas de nuestra
historia, la que le debemos a nuestros hijos e hijas, las que soñaron antes
para nosotros nuestros padres y abuelos, la que seguro le legaremos a las generaciones que están por venir.
Escribimos nuestra historia, elegimos cómo queremos vivir el futuro, cómo
queremos que nos recuerden nuestros nietos. Hoy, estamos naciendo los días que
vienen, hoy somos voz de todos, para seguir edificando un país más justo, más
libre, más tierno y soberano. Hoy, ya somos el futuro.
"Ya no estamos solos, somos pueblo junto, unido, como río indisoluble, como canto llano, como canto selva, con la certeza de nuestros ojos mirando el porvenir luminoso de la Patria buena, la de todos".
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